Reseña de la obra
Lo que ha ocurrido y ocurre en toda la obra del pintor cubano es una reinterpretación y recontextualización del elemento adicionado, asimilado y articulado perfectamente en el metarrelato histórico-cultural. Una historia devenida de la experiencia habitual, de la convivencia con testigos y testimoniales de la vida y de la memoria de los ancestros, una historia relacionada por narradores orales, responsables del secreto, del temor casi infantil que los lleva a la revelación a medias y a su propia limitación.
Los duppies son seres condenados a un Purgatorio terrenal en el destierro, porque desterrados viven sus congéneres, quienes confían a su muerte, la posibilidad de retorno al continente. Imponen un mundo hermético y particular que sólo comparten con lo iniciados en su cultura, con los que viven y conocen su historia y su suerte. Algunos ayudan, otros hacen daño, protegen o se divierten a costa de las jugarretas y mortificaciones que sus "víctimas" aceptan con un miedo casi infantil, con una complacencia de conservarles como cadena fuerte, como recuerdo de su origen y de su historia.
Dentro de cada emigrado jamaicano y de sus descendientes hay un duppie dormido que se despierta con la muerte. Su aprehensión y plasmación asume, para los entendidos y cómplices, el mismo contenido mágico que tenían las pictografías del palcolítico: la imagen compite con la realidad y podría llegar, en algún momento, a sustituirla. La estrategia representacional del pintor presupone una suerte de filtro de acuerdo a lo cual todos los personajes con tal apariencia pareciera limitarse la identidad del jamaicano a su mundo de ánimas, sin embargo, el artista plástico incorpora una serie de elementos y detalles que conforman un retraso físico y cultural de aquellos emigrantes llegados a Cuba a principios del pasado siglo. De actitud grave y melancólica, introvertidos, sencillos pero dignos, así aparecen en la fotos de época, con una indumentaria que comprendía además el sombrero y el bastón, aunque el tipo de sombrero cabía para ajustarse a la vida rural y de jornalista que le depara la situación socio-económica del país, la mujeres con un tipo característico de tocado para la cabeza. El artista plástico los presenta en espíritus de rostros taciturnos y actitud reflexiva, con los ojos muy expresivos, abiertos y en repetidas ocasiones cerrados como concentrados en su propio mundo el cual se resiste a los influjos de la realidad. Otros detalles de su personalidad también son traducidos en peculiares fórmulas visuales: la conducta sexual un tanto licenciosa y prolífera es percibida en la duppie voluptuosa con tres senos, en la intimidad de algunas escenas y en caricias muy sexuales; el tipo espiritista de culto se expresa con la inclusión de árboles bajo cuyas frondas se hacían confesiones; la incorporación de peces en algunas composiciones aluden a uno de los alimentos preferidos, la complicidad y cofradía entre los duppies apunta hacia su aptitud mancomunitaria, de asociación por el autoreconocimiento de su diferencia como grupo cultural. Correspondiente con una naturaleza animista, el duppie se vuelve etéreo, de trazos que lo disgregan y difuminan, lo cual, condicionado además con una rememoración infantil de su historia, se expresa en una figuración ingenua, naif. En cuanto a la concepción de la escena las composiciones, muy cercanas a lo que fue la Figuración Poética de Chagall, devienen surrealistas por la extensión de la calidad de fantasmagoría a todo objeto y ser vivo.
El Pintor acierta con una obra mucho más dibujística y poli cromática, de composiciones más densas y anecdóticas que trasciende, además de su particularidad discursiva, por las aptitudes plásticas alcanzadas. En algunas ocasiones el fondo aparece arbitrario y neutro, con un contenido exclusivamente cromático y/o textual, en función de acentuar, con sus valores expresivos, a los personajes es escena.
Otras veces incluye un trozo de campiña, de ambiente rural, de ciudad, o del interior de alguna casa, ciudad y casa que datan la especificidad de su contexto al incluir y destacar elementos arquitectónicos estructurales cubanos como vitrales, arcos, techos de tejas y algún detalle de rejería. Su preocupación y actitud esteticista tiene como protagonistas a la línea y al color y contempla la textura real aunque predomina la ilusoria. Responde no solo a otro momento creativo en su obra sino que se concibe como la expresión de una etapa de vida natural de los duppies en medio de su vagar por las islas del Caribe, y de su correspondiente relación con su intérprete y delator: el artista.
